A pocos días de la suspensión del racionamiento de agua en Bogotá, la situación del sistema hídrico Chingaza se vuelve crítica. Los embalses de Chuza y San Rafael, que conforman la principal fuente de abastecimiento de agua para la capital, han experimentado un descenso del 4% en su nivel de almacenamiento durante los primeros 15 días de diciembre. Este retroceso deja sin efecto la recuperación hídrica lograda con las lluvias de octubre y noviembre, lo que ha encendido las alarmas entre la comunidad y las autoridades.
¿Por qué están bajando los niveles de agua en Chingaza?
De acuerdo con los reportes de la Alcaldía de Bogotá y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), el descenso en el nivel de los embalses tiene su origen en dos factores clave:
• Incremento del consumo de agua en la ciudad: Desde el inicio de diciembre, Bogotá ha estado consumiendo un promedio de 16 m³/s, superando el estándar de consumo sugerido por la Empresa de Acueducto de Bogotá, que establece que se deben consumir 15 m³/s para garantizar la recuperación de los embalses.
• Ausencia de lluvias en diciembre: Tras un octubre y noviembre marcados por intensas lluvias, diciembre ha presentado climas más secos y temperaturas elevadas, lo que ha reducido la recarga natural de los embalses y ha aumentado la demanda de agua en los hogares debido a las vacaciones de fin de año.
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Estado actual de los embalses: ¿Cuánto queda de agua?
El panorama es preocupante, ya que el nivel actual de agua en los embalses muestra cifras que se acercan al umbral crítico del 36%, que marcaría el inicio del “día 0” en Bogotá.
• Corporación Autónoma Regional (CAR): Reporta un nivel de agua del 50,09%.
• Alcaldía de Bogotá: Indica una cifra levemente menor, con un nivel del 49,68%.
Con esta situación, Bogotá se encuentra a solo 13 puntos porcentuales de alcanzar el 36%, umbral a partir del cual se implementaría un racionamiento más severo y permanente. Este escenario podría materializarse si no se toman medidas inmediatas o si el consumo de agua continúa superando los niveles recomendados.
La polémica: ¿Suspender el racionamiento de agua en fiestas decembrinas es una decisión acertada?
A pesar del descenso en los niveles de agua, la Alcaldía de Bogotá ha decidido suspender el racionamiento de agua entre el 23 de diciembre y el 6 de enero. Esta medida busca permitir a las familias disfrutar de las festividades de Navidad y Año Nuevo sin restricciones, pero no ha estado exenta de críticas y polémicas.
Los críticos de la medida temen que la situación pueda asemejarse a lo ocurrido en agosto, cuando la administración relajó las medidas de racionamiento bajo la premisa de un cambio climático positivo que nunca llegó, lo que obligó a la ciudad a retomar el racionamiento de forma más severa. Ante esta situación, la comunidad ha pedido monitoreo constante de los embalses y la evaluación de posibles ajustes a la estrategia de consumo.
¿Qué puede pasar después del 6 de enero?
Si bien la Alcaldía de Bogotá no ha contemplado retractarse de la suspensión del racionamiento, el riesgo de una crisis hídrica en enero no se descarta. En caso de que los niveles de los embalses caigan a niveles cercanos al 36%, la ciudad tendría que aplicar un racionamiento más estricto y prolongado, afectando a miles de familias y sectores económicos que dependen del suministro continuo de agua.
El llamado de las autoridades se centra en la conciencia ciudadana sobre el ahorro de agua. Desde ya, se ha solicitado a los hogares bogotanos reducir el tiempo de uso del agua, evitar el desperdicio y aplicar medidas de ahorro en actividades cotidianas, como el lavado de platos, la ducha y el riego de jardines.
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